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Packaging & Branding para marcas líderes
10 febrero, 2025 / Articulos -
La reutilización suena como una solución perfecta hacia la economía circular, pero… ¿es realmente efectiva en todos los casos? Spoiler: no siempre.
1 – Reutilizar: usar para el mismo propósito.
2 – Reconvertir: darle otro uso.
Cuando un envase se utiliza para un fin distinto al que fue diseñado en inglés se llama “repurpose”, y en español lo podríamos llamar “reconvertir”; en otras palabras, “jugar con la basura”.
Cuando una botella vuelve a contener la bebida original, tiene sentido.
Ahorra recursos: no necesitás extraer más materia prima virgen para fabricar otro envase.
Evita reciclar (por un tiempo): se reducen los costos en energía, transporte y emisiones.
En este caso, estamos extendiendo la vida útil del envase y cerrando el círculo de forma eficiente.
Cuando una lata de sopa se convierte en un lapicero, parece divertido ¿no?
La verdad es que no soluciona nada: todavía se necesita fabricar una nueva lata para la próxima sopa.
Además, ¿cuántos lapiceros necesitás? ¿Quién realmente reconvierte TODOS los envases que usa en lugar de tirarlos?
Tarde o temprano, ese lapicero terminará en la basura o (con suerte) será reciclado.
La verdadera reutilización eficiente no está en jugar con basura. Está en diseñar envases y sistemas que puedan cumplir su propósito original una y otra vez.
Esto requiere:
1 – Sistemas de recolección y limpieza: que permitan devolver los envases a su ciclo original.
2 – Diseño circular: materiales duraderos y fáciles de limpiar para ser reutilizados varias veces.
3️ – Cambios de hábitos: los consumidores deben aprender a devolver y reutilizar en lugar de descartar o improvisar.
Inocuidad alimentaria: en la industria de alimentos, garantizar la seguridad en envases reutilizables es una barrera importante.
Materiales duraderos: los envases reutilizables necesitan ser más resistentes, lo que puede aumentar su huella inicial.
Cambios de comportamiento: implementar el hábito de reutilizar no sucede de un día para otro.
Productos no alimentarios: en categorías como limpieza, los envases no requieren desinfección extrema para reutilizarse.
Productos concentrados y sólidos: las recargas compactas y livianas reducen la huella del transporte.
Programas de recompensa: fomentan el hábito y fortalecen la relación entre marca y consumidor.
Reutilizar transforma nuestra relación con los materiales cuando se hace bien: prolongando la vida útil de los envases en su propósito original.
Reconvertir, en cambio, es solo una solución temporal que no ataca el problema de raíz.
Si diseñamos pensando en el final desde el principio, podemos crear sistemas verdaderamente circulares donde el desecho simplemente no exista.
El cambio empieza diseñando al revés: pensar primero en el final.
Guillermo Dufranc es Project Manager en Tridimage, la agencia de diseño de packaging experta en ayudar a grandes marcas de consumo masivo presentes en Latinoamérica que necesitan reforzar su liderazgo.
Colabora con empresas para mejorar su relación con la comunidad y el medioambiente por medio de la innovación y el diseño. Brinda conferencias, capacitaciones y workshops; también es convocado como jurado en varios concursos internacionales de diseño. Escribe para publicaciones y blogs de diseño de todo el mundo, y es autor de los libros Packaging para salvar el planeta y Revolución Greendustrial.